Las regulaciones de la OMI 2020 consiguen que las navieras tomen medidas para adaptar sus buques

En enero de 2020, las nuevas normativas ambientales de la Organización Marítima Internacional (OMI) para el tráfico marítimo mundial entrarán en vigor con consecuencias directas sobre las navieras.

OMI 2020 plantea grandes desafíos ambientales para la industria del transporte marítimo.

Al igual que los automóviles tienen sus motores eléctricos, unidades híbridas y cargas de combustible,  los transportes internacionales, gracias a la OMI 2020 están listos para mejorar la huella ambiental de la industria. De acuerdo con estas regulaciones, a partir del 1 de enero de 2020, se exigirá que todos los barcos reduzcan sus emisiones de óxido de azufre en un 85% y se aplicará a todos los combustibles utilizados en mar abierto en todo el mundo. Actualmente, la mayoría de los buques portacontenedores, petroleros, cargueros y cruceros funcionan con algún tipo de combustible marino (MFO). La OMI 2020 reduce el límite de azufre en estos combustibles a solo un 0,5%, por debajo del 3,5%.

El transporte marítimo internacional genera alrededor de mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono cada año, lo que corresponde al 3 por ciento de todas las partículas finas creadas por la actividad humana. Por ello, OMI 2020 es un paso importante hacia el logro de un mejor balance ecológico para la industria. Como operador logístico, DACHSER no gestiona sus propios barcos, sino que trabaja con las principales líneas navieras como Maersk, Hapag Lloyd y otras.

En el futuro, todas estas compañías tendrán a su disposición una serie de opciones más respetuosas con el medio ambiente. Por ejemplo, pueden optar por continuar usando petróleo pesado pero instalando sistemas especiales de limpieza de gases de escape (depuradores), o pueden optar por una opción más barata y más factible desde el punto de vista técnico, que es cambiar a combustibles alternativos como el gas natural licuado (GNL), el combustible con muy bajo contenido de azufre (VLSF) o el gasoil marino (MDO). La autoridad portuaria de cada país es responsable del cumplimiento de OMI 2020 y puede verificar esto con un detector y en los registros del barco. Los que no cumplan con esta normativa estarán sujetos a multas, retención de barcos o incluso penas de prisión.

DACHSER y su propio modelo de coste de combustible

Independientemente de la opción que elijan los operadores de transporte, OMI 2020 plantea enormes desafíos para su industria. Los costes subirán, la cuota de mercado puede cambiar entre los diversos sectores (envío de carga del proyecto vs. buques portacontenedores, graneleros, etc.), sin mencionar el impacto esperado en las refinerías y los mercados mundiales de petróleo. Sin embargo, las líneas navieras están a la altura del desafío, no solo porque es su obligación, sino porque se esfuerzan por lograr un mejor balance ecológico. Muchos transportistas ya han desarrollado modelos que permiten a sus clientes calcular los costes de combustible y asignarlos a sus fuentes con mayor precisión.

“Naturalmente, nosotros también estamos interesados en encontrar la forma más sostenible de gestionar nuestros transportes", afirma Rolf Mertins, Head of Global Management Ocean en DACHSER. “Al mismo tiempo, queremos ofrecer a nuestros clientes fiabilidad en la programación. Es por eso que, en base a la colaboración con nuestros transportistas asociados, hemos desarrollado nuestro propio modelo de coste de combustible, el DACHSER Bunker Adjustment Reference Floater (DBAF)” concluye Rolf Mertins. Sustituyendo al Standard Bunker Factor (SBF), el DBAF se calcula en función de los precios del combustible de todas las operaciones relevantes y tiene como objetivo garantizar que los costes relacionados con el combustible de los clientes estén cubiertos independientemente del transportista elegido.

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