El cambio es su estado natural

Señor Hohm, su padre tenía su propia empresa de transporte. ¿Fue esto lo que le inspiró a seguir una carrera en logística y a solicitar un programa de formación profesional dual en DACHSER?

En realidad no. Fue más bien una coincidencia, aunque ahora viéndolo con retrospectiva, es obvio que encaja muy bien con mi historia. Mi padre siempre decía que lo primero que debía aprender era lo que él denominaba una profesión “adecuada”. Esa es la razón por la que nunca consideramos la opción, ninguno de los dos, de trabajar para él o hacerme cargo yo mismo de la empresa. En un principio, pensé en estudiar matemáticas, pero luego mi compañero de habitación en el ejército me contó que él había comenzado a trabajar en DACHSER. Así que envíe mi candidatura –la primera y la única que he escrito en toda mi vida–  y fue aceptada.

¿Cómo evolucionó su carrera en DACHSER desde ese momento?

Al terminar mis estudios, estuve ocho años trabajando en el área de Logistics Consulting en Munich, conocida hoy como Corporate Contract Logistics. Era responsable del desarrollo y despliegue del software de gestión de almacén MIKADO, un trabajo que continué haciendo como responsable de departamento desde 1999. Durante ese período pasé mucho tiempo visitando delegaciones por toda Europa, lo que contribuyó a que pudiera conocer muy bien Dachser. En 2004, cuando aún era relativamente joven (32 años), me dieron la oportunidad de asumir la gestión de la delegación de Erfurt. Disfruté mucho viendo crecer esta delegación. Poco después, en 2008, me ofrecieron asumir el cargo de gerente de la delegación de Hof. Hof era cuatro veces más grande que Erfurt, por lo que el cambio implicaba enfrentarme a nuevos desafíos que estaba encantado de asumir. Justo al cambiarme a esta delegación, estalló la crisis económica, pero conseguimos lidiar con ella gracias al trabajo en equipo. Permanecí en Hof hasta finales de 2015, antes de regresar a la sede, en Kempten, para establecer el área corporativa de Corporate Solutions, Research & Development.

 Luego, me ofrecieron la oportunidad de realizar un Executive MBA en el IMD en Lausana, Suiza. Este fue un gran paso para mí, y volver a estudiar, al mismo tiempo que trabajaba como gerente de la delegación, supuso un gran reto. Echando la vista atrás, describiría este período como una especie de prueba de fuego para mi puesto actual en el Consejo de Administración. Regresar a la sede central y asumir el nuevo puesto de Corporate Director, en un momento en el que DACHSER se estaba reestructurando como una compañía pública europea, fue, sin lugar a dudas, dar el paso correcto en el momento adecuado.

¿Ya tenía la mirada puesta en el Consejo de Administración?

Nunca he tenido la necesidad de ascender de categoría profesional a toda costa. No obstante, tengo un lado increíblemente ambicioso, especialmente cuando se trata de lograr las metas que me propongo. Nunca me planteé convertirme en miembro del Consejo de Administración, sin embargo, siempre he buscado abordar nuevos desafíos, iniciar cambios e impulsar las cosas. Afortunadamente, nunca he tenido que mirar demasiado lejos, siempre se me han presentado las opciones adecuadas y, por supuesto, tuve la suerte de contar con oportunidades y apoyos desde una etapa temprana de mi carrera. En este sentido, describiría mi camino, para convertirme en miembro del Consejo de Administración, como un viaje continuo.

¿Qué es lo primero que quiere que ocurra como CDO en DACHSER?

Por un lado, es importante para mí que nosotros, la nueva unidad ejecutiva de ITD, encontremos nuestra propia identidad y trabajemos juntos en equipo. Por otro lado, tenemos que mantener el equilibrio y tener cuidado de no desarrollar una “mentalidad de silo”. Es vital que la unidad ejecutiva de ITD trabaje de la mano con las áreas de negocio, las demás unidades ejecutivas y especialmente con las delegaciones. Tenemos que alinear nuestra propia identidad e integrar nuestro trabajo con los demás de una manera que, en última instancia, nos permita agregar valor para DACHSER en su conjunto.

¿Cómo está afectando la crisis del coronavirus a su trabajo como miembro del Consejo de Administración?

La situación del año pasado, sin duda, impulsó la digitalización. En febrero de 2020, DACHSER celebró un total de 400 reuniones a través de WebEx. En noviembre, esta cifra había aumentado a 28.000. A principios de 2021, teníamos más de 5.000 empleados teletrabajando. Esto no solo representa un desafío en lo que se refiere al ancho de banda, equipos informáticos y seguridad, sino que también ha transformado la forma en la que trabajamos y, lo que es más importante, colaboramos. En términos de tecnología, la pandemia nos ha obligado a probar muchas cosas que todavía estaban, incluso, en desarrollo. Un hecho que, también, ha tenido efectos positivos.

Si miramos las cosas desde la perspectiva de nuestros clientes, la crisis del coronavirus ha incrementado los conceptos de ventas omnicanal. Las tiendas de bricolaje, decoración y jardín, en particular, se han reinventado bastante y, nosotros, como operadores de logística, estamos haciendo lo mismo.

Innovación, digitalización, nuevas tecnologías: todas estas son palabras de moda que lo acompañan y lo guían en su trabajo diario. ¿Qué tan experto en tecnología es a nivel personal?

Diría que tengo un buen dominio de la tecnología. Me gusta seguir las últimas novedades del mercado e intento integrar estas herramientas digitales en mi vida privada, siempre que tengan sentido. Para mí, esto está muy relacionado con mantener un buen nivel de conocimiento y, por supuesto, es divertido probar cosas nuevas.